El ser humano nace con un potencial enorme que puede desarrollar y con una tendencia natural hacia este desarrollo, hacia el bienestar personal y social. La influencia del ambiente familiar es un elemento importante en la formación de la personalidad del niño y en el desarrollo integral que se promueve básicamente mediante tres vías: educación, experiencia personal y enseñanza.

Desde el nacimiento, los padres influyen en el desarrollo de su hijo. La aceptación del embarazo, la preparación del ambiente para la llegada del niño, la aceptación del sexo del bebe, la educación que los padres empiezan a ofrecer a su hijo, son elementos que promueven u obstaculizan el desarrollo integral de esa pequeña persona.

La personalidad del pequeño se forma con el ambiente, con la atmósfera emocional que encuentra en el hogar. Las actitudes de los niños tienen estrecha relación con las actitudes e los padres que en ocasiones son abiertas, otras sutiles o encubiertas, pero siempre ejercen una influencia positiva o negativa en el niño.

Los padres, en el deseo de cubrir la educación dentro del seno familiar, muchas veces reprimen los juegos infantiles por considerarlos molestos o por flojera de acompañar a los niños en este proceso y prefieren ofrecerles los medios que le son mucho más cómodos, como la televisión o juegos de videos para mantenerlos tranquilos y ocupados evitando los juegos ruidosos o con mucho movimiento, afectando gravemente su proceso de desarrollo.

El niño debe estar dentro de un ambiente seguro, de atención y cariño, por lo que es muy importante que los padres jueguen y desarrollen una relación familiar sana y constructiva con sus hijos.